miércoles, 7 de mayo de 2014

Reflexiones Mateo 9:35-38 (Compasión)

“Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y cuando vio las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban acosadas y desamparadas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “A la verdad, la mies es mucha, pero los Obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”

Recientemente vimos estos versos enfocado en la enseñanzas de Jesús a sus discípulos, que es la idea central de estos versos; ahora vamos a ver algo espectacular. Jesús tuvo compasión de las multitudes; esta frase debe de calarnos muy profundamente en nuestro corazón, porque muchas veces nosotros no tenemos compasión, lo que tenemos es pena. Déjeme explicarte cual es la diferencia. 

Cuando una persona tiene compasión por otra, esta no se queda estática, sin hacer nada, su compasión lo lleva a la acción y hacer que la situación del otro cambie. Cuando Jesús nos vio desde los cielos que estábamos caminando directamente hacia el infierno, El tuvo compasión de nosotros y se humillo a si mismo tomando forma de Hombre y siendo humano se humillo hasta morir en la Cruz para así darnos una oportunidad atreves de su Sangre derramada. La compasión de Jesús hizo que el tomara una acción, siendo Dios, morir;  en otro caso; el vio a la multitud que tenia hambre y le dio de comer. (Marcos 8:1-8) En esos días, se reunió otra gran multitud, y de nuevo la gente quedó sin alimentos. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2 —Siento compasión por ellos. Han estado aquí conmigo durante tres días y no les queda nada para comer. 3 Si los envío a sus casas con hambre, se desmayarán en el camino porque algunos han venido desde muy lejos. 4 Sus discípulos respondieron: —¿Cómo vamos a conseguir comida suficiente para darles de comer aquí en el desierto? 5 —¿Cuánto pan tienen? —preguntó Jesús. —Siete panes —contestaron ellos. 6 Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios por ellos, los partió en trozos y se los dio a sus discípulos, quienes repartieron el pan entre la multitud. 7 También encontraron unos pescaditos, así que Jesús los bendijo y pidió a sus discípulos que los repartieran. 8 Todos comieron cuanto quisieron. Después los discípulos recogieron siete canastas grandes con la comida que sobró. Jesús tubo compasión, e inmediatamente acciono. 

La compasión nos lleva a la acción, pero; si crees que tienes compasión y no hace nada para cambiar la situación del otros, lo que has sentido es solo pena, y la pena es la desgracia mas grande que sufre hoy en día las personas, creen que solo por sentirse identificados, dolidos o con un pequeño sentimiento de angustia en el corazón basta para identificarse con el perdido o con el angustiado. Jesús dijo " y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará", esto es una realidad, pero no porque la maldad sea mucha nuestros corazones deben de estar sintiendo pena, cuando veas al perdido y no hagas nada por el, preocúpate, no estas amando, tu amor se esta enfriando, cuando veas la necesidad y no hagas nada por cambiarla, preocúpate, no estas amando, tu amor se esta enfriando. El sentido de la vida es revivirla para los demás, si, revivirla, no solo vivirla, tangamos compasión por nosotros mismo y seamos sinceros, debemos de cambiar nuestro corazones. Compasión o pena, ¿que escoges? 
Cuando Jesús nos dijo que oremos para que el Señor de la mies envié obreros a su mies, El lo que estaba mostrándonos, diciéndonos, enseñándonos que nosotros somos esos obreros, que nosotros podemos ayudar a las multitudes, cualquier excusas que tengas no es justa, la compasión nos lleva a entender que podemos hacer algo por los perdidos y por las multitudes, la compasión nos pone a ser ese obrero que el Señor quiere utilizar para su Mies. 

Oración
Señor Jesús, perdónanos cuando vemos al perdido y sentimos pena y no compasión, ayúdanos Dios a cambiar nuestros corazones y nuestras acciones, ayúdanos a tener tu corazón, un corazón sencillo, que se duele al ver la necesidad, un corazón caliente y tibio para ti. Ayúdanos a cambiar nuestras circunstancia, no solo orando, sino accionando. En el nombre de Jesús, Amen. 

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