Efesios
4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en
guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un
Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra
vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de
todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. 7 Pero a cada uno
de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
El factor en esta carta es Pablo, pues estando preso
en una cárcel le habla a los de Éfeso, una iglesia aplicada y creciendo en la
fe. Pablo no está reprimiendo a los lectores, sino más bien animándolos para
que puedan crecer en la fe, amándose cada uno en el amor de Cristo manteniendo
la unidad como el cuerpo de Cristo; por la gracia conforme a la medida del don
de Cristo y lo hace explicando diferentes aspecto de la doctrinas cristiana.
El ánimo a los hermanos de Éfeso es para que honren
su llamado y que vivan según la vocación; y en el mismo sentido, les llama a la unidad;
no por eso podemos decir que haya algún problema. Pues en (vv.3:14-21) y otras
partes Pablo nos indica que la iglesia estaba bien asentada. Lo que el apóstol hace
no es dedicarse a los problemas como comúnmente él hace, sino en levantarle las
miradas de los jóvenes creyentes. Pablo también hace un llamado practico a la
unidad, porque él sabe que la unidad es parte imprescindible en el ministerio, él
les pide que se esfuercen, como diciendo que es una decisión en el espíritu,
para que puedan modelar de manera eficaz la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
sabiendo que todos tenemos una misma esperanza, que todos de alguna o otra
manera tenemos el mismo status ante el Señor, esto debe de llevarnos a ser
humildes en nuestro trato, a no dejarnos deslumbrar por tonterías sino que
todos somos iguales ante el Señor y cada uno recibió un don según la gracia de
Dios, y si tenemos uno, porque hay que ser orgullosos, pues esto viene de Dios.
Debemos de estar consciente de la responsabilidad y bendición
que es recibir el llamamiento de Cristo para ser parte de su obra. La humildad debería
de ser el primer escalón en nuestro caminar con el Señor y luego la mansedumbre,
paciencia y amor. Para mantener la unidad debemos de tener un concepto de que todos
somos iguales ante el Señor. El amor debe de unirnos, convertirnos en imitadores
de Cristo y la manera que se hace eficaz es manteniendo la unidad en Cristo por encima de mis gustos y preferencias, ya que mucho de la divisiones viene por las pasiones desordenadas que hay en nuestro corazones, pues nos creemos que somos dios:
este concepto para los hermanos y pastores de nuestro país debería de ser una
meta, pero el cambio comienza conmigo, debo de velar por entender que mi hermano
pentecostal, menonita, bautista y otros somos uno en Cristo, que aunque tenemos diferentes dones, somo uno; pues son más las cosas que
nos unen que las que nos dividen.
Escrito por Jennifer Mueses
Supervisora de Clubes
Sto Dgo Este
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