jueves, 22 de septiembre de 2011

La Interpretacion de las Escrituras

La interpretación de las Escritura

Como todo estudiante de la Biblia es necesario tener  bien en cuenta la correcta interpretación de las Escritura. Todos estamos llamados a leer  y a escrudiñar las escrituras, esto nos lleva a la interpretación, pero no necesariamente a la buena interpretación. Todos estamos condicionados a nuestros pensamientos, cultura, época y prejuicios, los cuales nos llevan a interpretar las Escritura de una manera particular y no desde el punto de vista del autor de las Escritura. Para poder hacer una buena interpretación de cualquier escrito es necesario desmontarnos de todo prejuicio cultural, doctrinal e intelectual porque el fin de una buena interpretación consiste en entender lo que el mismo autor inspirado quiso decir. 
Durante el período inmediatamente posterior a la Reforma se hizo evidente que el protestantismo no había hecho desaparecer por completo la vieja levadura, pues aunque se mantuvieron sólidos entorno al principio de "La Escritura se interpreta por la Escritura", y rehusaron someter su exégesis al dominio de la tradición eclesiástica y a las doctrinas formuladas por los Papas y Concilios, cayeron en un grave peligro que perdura hasta hoy: el de guiarse por los principios confesionales de cada denominación.
Aquí empezó propiamente una especie de "Edad de las Denominaciones". Cada ciudad, cada iglesia, cada concilio, cada junta misionera, cada ministerio importante quería tener su propia confesión de fe. Este período de serias controversias teológicas logró dividir al movimiento protestante en varias fracciones, hoy en día hay cientos de ellas; cada una tratando de defender sus posturas teológicas apelando a la Biblia. La exégesis vino a colocarse al servicio de las confesiones y doctrinas; y esto degeneró en una simple búsqueda de textos de prueba. Las Escrituras eran estudiadas con el fin de hallar en ella las verdades doctrinales abrazadas por cada confesión o denominación, hoy en día la mayor preocupación consiste en que los miembros de las denominaciones están mas preocupados por el testimonio de sus iglesia que por la gente, dejando así la interpretación correcta de las escrituras. "La iglesia existe para servir a la gente, no para servirse ella misma"

El principio de la “Sola Escritura” no puede ser tomado como pretexto para negar el ejercicio hermenéutico serio y para leer la Biblia como un recetario de versículos para justificar cualquier disparate doctrinal o práctica denominacional. El derecho al libre examen de la Biblia exige la obligación al estudio serio y riguroso. La Biblia no puede descansar en la ignorancia sino en el estudio, en el saber, en la búsqueda sincera de corazones sedientos por respuestas. No debemos limitarnos a llevar la Biblia a todas las personas, sean o no educadas, sino también debemos adiestrarlas para la lectura inteligente de la Palabra de Dios, en el uso correcto de los instrumentos de análisis.

Frente a la tendencia de algunas confesiones cristianas de limitar el acceso del pueblo al libro del Pueblo de Dios, nosotros no podemos conformarnos con entregarle a ese mismo pueblo el Texto Sagrado sin proporcionarles las herramientas indispensables para el estudio respetuoso y serio, y fiel a sus propias exigencias de rigurosidad. Jamás el libre examen puede ser tomado como excusa para ocultar la necesidad de una hermenéutica que haga honor a la seriedad del texto bíblico. Es nuestra responsabilidad enseñar la Palabra de Dios fielmente. 

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